Pablo Benavente: «A todo el mundo le gustaría la poesía si dieran con el poema o el autor correcto»

Entrevistas, Poesía

Por: Jennifer Gómez

Este gaditano de cuna comenzó en la poesía por amor, o mejor dicho, por desamor y por la decepción de ver cómo perdía a su chica en Sevilla. Durante un año «de completa introspección» se metió de lleno entre los versos de Escandar Algeet y desde entonces lo acompañan día a día. Pablo Benavente poco a poco se ha hecho un hueco en la poesía, además él y su sombrero ya son habituales en las jams del Aleatorio. 

P: Su ciudad de origen es La Línea (Cádiz), pero vive en Granada ¿qué le llevo ahí?

R: Los estudios. Vine aquí para estudiar Historia.

P: Ahí organiza desde hace un tiempo Jam Sessions en La Tertulia, ¿cómo surgió la idea?

R: Surgió porque solía ir a Madrid a los recitales que hacía Carlos Salem, entonces a medida que me iba metiendo en eso luego me faltaba cuando volvía de nuevo a Granada. Así que como no podía permitirme ir a Madrid con tanta frecuencia al final terminé quejándome un día, borracho, en La Tertulia, al camarero le gustó la idea y así nació.

P: ¿Y cuando comenzó a escribir poesía?

R: Empecé a escribir poesía con 17 años, en Sevilla. Cuando salí de Cádiz fui primero a vivir a Sevilla, por una chica. La historia no salió bien y se jodió la relación, así que me encontré en Sevilla, que no me gustaba y sin amigos, porque mis amigos eran los de ella. Ese fue un año de completa introspección, conocí a Escandar Algeet y a mucha gente que hacía poesía y, al final, de tanto leer y tener mucho tiempo libre terminé cayendo. Y así empezó todo.

P: ¿Fue entonces cuando decidió abrir el blog?

R: En ese año de oscuridad total, fue precisamente Sara Bueno quien me recomendó hacerme un blog para soltarlo todo y empezó a raíz de eso. La pobre entonces no sabía lo que iba a causar.

P: De los poemas que ha escrito, ¿con cual se queda?

R: Es complicado, porque por norma general el último es el que más me gusta siempre. Al fin y al cabo es biográfico y con el que más afín te sientes es con el último.

P: ¿Sobre qué suele escribir?

R: Sobre todo al amor pero desde el punto de vista del desamor. Yo incluso cuando estoy contento y feliz intento escribir cuando tengo algo malo que contar. No suelo hacer poemas de amor como tal porque, aunque sean de amor, siempre cuento la parte mala. Escribo sobre experiencias vitales, gente que conozco, historias y aventuras que me ocurren…


Desde que conocí el bar Aleatorio vivo a 400 kilómetros de casa


P: Entonces es de los que piensan que se escribe mejor al desamor que al amor…

R: Más que mejor creo que es un sentimiento más fuerte. Por ejemplo, por experiencia, cuando empiezas con una pareja más o menos estable escribes el primer mes, sin embargo cuando lo dejas con alguien te puedes tirar un año entero escribiendo sobre ello, por experiencia también.

P: ¿Cuando escribe lo hace por inspiración o se sienta a escribir y a ver qué surge?

R: Suele ser inspiración por completo. Es cierto que tengo un ritual: rara vez escribo de día, me siento a escribir siempre de noche, de madrugada con Quique González o Nacho Vegas de fondo, un cigarro y a ver qué sale. También es verdad que hay días que, simplemente, apetece.

P: ¿Quiénes diría que son sus referentes?

R: Ángel González me parece brutal, también David González. Luis García Montero, Escandar, que para mí además de un hermano es el diario que llevo leyendo día a día desde hace 8 años, Carlos Salem, Marcus Versus, hay una infinidad de gente a la que podría nombrar. Muchísimos músicos también.

P: Suele recitar con frecuencia en el bar Aleatorio de Madrid, ¿diría que es como su casa?

R: Sí. De hecho, estuve allí el sábado 7 y cuando salí a leer dije que desde que conocí Aleatorio vivo a 400 kilómetros de casa. Y es cierto. Es un bar que tiene un ambiente muy especial, muy acogedor y que, al fin y al cabo, los cinco socios del bar son prácticamente familia. Así que técnicamente puedo ir solo que estaré en casa.

P: Ha nombrado a gente como Escandar, Salem, Marcus, por los que gracias a ellos parece que la poesía está calando entre los jóvenes, ¿por qué cree que ahora sí se está llegando a la gente?

R: Creo que la poesía tiene mala fama. Tiene mala fama de siempre más que nada por cómo la enseñan en el colegio, de hecho recuerdo que a mí tampoco me gustaba pero porque la cuentan con un punto de vista limitado. Te muestran lo clásico, te imponen un estilo de literatura muy cerrado y hermético, con muchas normas y leyes. Pero cuando la conoces bien o conoces la poesía contemporánea, que en mi caso es la que me llegó, te das cuenta de que es todo lo contrario.

Precisamente la poesía te permite licencias que no te permite la prosa. Es un idioma y una forma de hablar mucho más libre, te permite jugar con las palabras. Soy de los que creen que le gustaría a todo el mundo la poesía si diera con el poema o el autor correcto. Además otro factor de la mala fama de la poesía es que la poesía siempre ha sido muy elitista y el hecho de llevarla a un nivel más de bares, a pie de calle, se acerca a mucha más gente.

P: ¿Y cómo surgió la idea de publicar Circo de quimeras?

R: Fue algo que vino sin esperarlo ni buscarlo. Cuando lo dejé con Sara, que es la mayor historia de amor de mi vida, me encontré completamente vacío, muy jodido, todo era un como cementerio de elefantes, muchos recuerdos, no podía salir por Granada porque todo me recordaba a ella… Entonces decidí que lo que me había separado de ella, que era la poesía al fin y al cabo, tenía que terminar el trabajo. Pensé en auto publicar un y con el dinero que ganase me iba a Madrid a probar suerte. Cuando empecé a dar pistas de que iba a editar un libro, Marcus me dijo: “oye, espero que hayas contado conmigo para ser el primero en leerlo”.

La verdad es que es el único editor con el que publicaría un libro porque creo que trabaja de corazón. Precisamente por eso no pensé nunca en mandarle un borrador pues me parecía pretencioso y no me atreví nunca. Pero cuando me lo pidió él no pude decirle que no, y estuvo dos meses para contestarme. Y un día leyendo en Aleatorio, me presentó él, me abrazó y me dijo: “por cierto, te publico”. Me quedé en trance en el escenario, fue un momento muy especial. Conmigo se ha portado genial y ha sido todo una pasada.

 


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